jueves, 16 de agosto de 2012

Con el agua al cuello

No hay lirismo en la novela de Márkaris Con el agua al cuello. Tampoco hay digresiones ni reflexiones morales más o menos traídas al caso. Narración pura, seca, directa, en primera persona, de una Grecia que se desmorona. La novela, más allá de la trama policíaca bien llevada que la sostiene, repasa sin contemplaciones el mundo turbio de la banca, de los fondos de inversión salvajes, el rescate europeo, los recortes, el paro, la exclusión social de la inmigración, el dopaje. Un país enfermo, desorientado, al que la Europa del norte mira por encima del hombro. De todo ello habla Márkaris. Sin moralina. Sin bobadas.

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